Borboletas
Echo de menos Covilhã.Realmente, echo de menos Covilhã... tal y como era hace un año. Echo de menos la Covilhã de la Erasmus, porque sigo yendo tan a menudo que son pocas las veces que tengo tiempo para echar de menos la ciudad en si. Pero echo de menos los paseos a la Facultad, las comidas en la cantina con los colegas, la residencia, las fiestas... en general, el ambiente Erasmus. Supongo que quizá yo soy la Erasmus que menos tenía que sentir esa "depresión post-Erasmus" porque soy la que más en contacto sigue con Covilhã... o quizá es por eso mismo por lo que soy quien más la siente, porque piso Covilhã... y no es lo mismo.
Sé que mi año de Erasmus no lo pasé muy integrada en el grupo Erasmus, que hice mi propia vida más que pasar todo el tiempo con los españoles y participar en sus aventuras. Pero hoy, no sé por qué, me he levantado y las he echado de menos a ellas: Laura, Carol, Mar, Lele y Julia. A pesar de no haber estado horas y horas con ellas, de no haber llegado a conocerlas tan bien como quizá me hubiera gustado o de no haber compartido sus viajes, adoraba saber que estaban allí, como mariposas que revoloteaban a mi alrededor, adoraba las charlas cada vez que me pasaba por el 20E o nos encontrábamos en la cocina, adoraba verlas aparecer en el Espaço y venir a pedirme las copas, adoraba las ideas originales con las que siempre sorprendían a todo el mundo.
Y hoy me he levantado... y las echo de menos.
Echo de menos las charlas y las horas de tren con Laura, aunque sea a la que más he seguido viendo (¿será por eso?) y, claro, la peluquería, lol!
Echo de menos a mamá Carol, cómo se sentaba a escuchar y siempre tenía palabras y consejos para todas las situaciones.
Echo de menos a Mar, sus dilemas amorosos, su manera de reir con el lol lol lol y su "que te lo diga Lele".
Echo de menos a Julia, su particular manera de hablar, la paz que transmitía, las luchas con su pelo.
Echo de menos a Lele, su cachondeo, oirla decir todas las noches borracha lo de que es alérgica al alcohol, las ensaladas.
Echo de menos vuestras risas, vuestras voces, vuestra presencia...
Os echo de menos, borboletas...