sexta-feira, maio 19, 2006

Cómo hemos cambiado

No sé cuál fue la primera palabra que cruzamos, ni siquiera sé el momento exacto en que comenzamos a hablar. Mis recuerdos comienzan en una cata de vinos de la que salimos muy borrachos. Esa noche debió haber una alineación extraña de los planetas, porque era sábado y ninguno de los dos salió con sus amigos. De alguna forma terminamos en las tumbonas conversando, mirando las estrellas y disfrutando de una magnífica noche de verano.

Después de aquello vinieron tres días de acercamientos "casuales", de "yo también voy para allá" y de "a mi lado hay un sitio libre", hasta que aquella noche me pediste que pusiera una canción, pero finalmente fuiste tú quien la eligió. Y comenzamos a bailar "La Flaca" como si nada, solo que tres horas después seguíamos bailando juntos y todos nos miraban entre risas, comentarios y miradas irónicas. Aquella noche, por primera vez en mi vida, compartí la cama con un hombre.

Hoy aquella noche queda tan lejos y nosotros hemos cambiado tanto que ni nos reconozco como actores de la escena. Hoy todavía no consigo entender a lo que hemos llegado, en lo que esto se ha visto reducido. Mi primer sentimiento fue la rabia por el tiempo que creía haber perdido. Mucho, mucho tiempo de espera, de no saber (no querer y no poder) enamorarme, de miedo a entregar lo que un día te entregué y que volvieras a querer que fuera tuyo, de mantener esa complicidad, de seguir siendo transparentes a pesar de, a veces, tratar de ocultarnos algo. Mucho tiempo de sueños, esperanzas y palabras que hoy ya no sabemos dónde están.

Pero no, el tiempo no es perdido. Gracias a ese tiempo he cambiado. Porque ahora ya no espero, ya sé (quiero y puedo) enamorarme, ya no tengo miedo de entregar lo que un día te entregué, ya no somos cómplices ni transparentes, ya no hay sueños ni esperanzas y, tristemente, tampoco hay palabras.

Ahora, hoy, presente... soy capaz de sonreír al lado de alguien que no eres tú y eso me llena de orgullo, soy capaz de caminar con la cabeza alta mirando al frente, dejando atrás el pasado, eso... pasado... Y por un lado me da pena ver en lo que nos hemos convertido y me sorprende la velocidad con la que yo he cambiado. Porque quizá, en el fondo, la razón de haber llegado aquí sea que aquel tiempo pasó por mí y me desarrollé con él, mientras que tú te quedaste estancado atrás.

Que sigues siendo un niño con cuerpo de hombre.

Que ahora soy feliz sin ti.

Que nunca creí que fuera a decir eso.


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"Irgendwie fängt irgendwann irgendwo die Zukunft an, ich warte nicht mehr lang".